
Vi dos estrellas brillar,
Cuando me comenzaste a hablar,
Pero no eran estrellas si no diamantes,
Que se iluminan al hablar,
Pero cuando los vi bien, solo eran tus ojos,
Que no dejaba de mirar.
Que la luz no abandone tus ojos,
Que tus ojos nunca dejen de brillar,
Que aunque triste sea la noche,
No comiencen a llorar,
Que no se apaguen nunca,
Aunque solo se vea oscuridad.
Porque aunque no los halla visto,
Yo no puedo dejar de soñar.
Cuando me comenzaste a hablar,
Pero no eran estrellas si no diamantes,
Que se iluminan al hablar,
Pero cuando los vi bien, solo eran tus ojos,
Que no dejaba de mirar.
Que la luz no abandone tus ojos,
Que tus ojos nunca dejen de brillar,
Que aunque triste sea la noche,
No comiencen a llorar,
Que no se apaguen nunca,
Aunque solo se vea oscuridad.
Porque aunque no los halla visto,
Yo no puedo dejar de soñar.


No hay comentarios:
Publicar un comentario